Celeste y crema

A veces las celebraciones son multitudinarias y otras veces son íntimas, hoy os enseñaremos una del segundo grupo, una merienda de cumpleaños de una chica muy romántica, Blanca.
No siempre se dispone de un lugar muy grande y eso no debería ser motivo para descuidar los detalles. Una celebración especial y bien bonita es posible en espacios reducidos o para pocas personas, de hecho puede convertirse en algo mágico e inolvidable ya que es más fácil tener más detalles con los invitados cuando son pocos y apreciados, que en grandes celebraciones donde no nos da tiempo a atender a todo el mundo.
El cumpleaños de Blanca era una merienda familiar en un salón normal del que tenemos todos en nuestras casas, ella quería una merienda íntima pero muy coqueta, donde habría niños y mayores.
Como uno de sus colores preferidos es el celeste, aprovechando que el tono de la pared jugaba a nuestro favor, combinamos ese color con el crema e hicimos todos los detallitos de un estilo muy sencillo y naïf que encantaron a todos, cajitas con chuches para que se llevaran los invitados a casa, mucha purpurina, cupcakes con mucho amor y una tarta muy romántica.